miércoles, 22 de febrero de 2012

Una razón

Los generales y almirantes felones actuaron y perpetraron sus crímenes sin oposición. Y por esa misma razón quedarían más tarde, en su mayoría impunes. Los generales constitucionalistas renunciaron mansamente, o fueron dados de baja, o fueron asesinados. La justicia de este país puede hacer poco (o nada) contra las acciones sediciosas de altos generales y almirantes, pues domina en nuestra clase dirigente la idea de que la honestidad caballeresca ( el patriotismo) está sólo en la derecha, que todo oficial es caballero y, por lo mismo, de derecha. El rotaje, en cambio, es deshonesto, y de izquierda. Es la antítesis de la honestidad caballeresca y militar. Por tanto, quienes cuidan los valores supremos del honor nacional (los caballeros y militares de derecha) pueden y deben reprimir, torturar y matar al rotaje de izquierda, pues así lo exige el orden moral y político de la patria. Los rotos de izquierda carecen de derechos cívicos y humanos: no tienen honor. Son pues, técnicamente, torturables y masacrables. Así fue siempre en el siglo XIX, y así debe ser hoy. Es la tradición del honor patrio. Y los caballeros, por supuesto, se protegen mutuamente, como siempre en el pasado: los militares, nobles y cofrades, como las órdenes caballerescas que pelearon contra el pagano en Jerusalén ¿y los marxistas? Bueno, éstos son lo peor de lo peor, el bajo rabioso, humanoide y terrorista del rotaje. No merecen ninguna consideración. Deben ir derechamente al holocausto, como los judíos de Hitler (com decía la consigna de derecha: Haga Patria: mate a un comunista.

Carlos Altamirano Orrego.

Para saber de los nobles almirantes caballeros leer memorias secretas de Patria y Libertad y algunas confesiones sobre la guerra fría en Chile de Manuel Fuentes.