jueves, 7 de abril de 2011

Chaleco Negro

Venía caminando de la Municipal a la facultad, pensando que hace tiempo que quiero escribir pero el hecho de no tener notebook ahora y estar un poco aislado de esto me ha hecho no publicar nada acá. Quería contar que volví a escuchar discos que escuchaba antes, como el Plans de los Death Cab For Cutie y que me hacen inmensamente feliz. Y mucho más si a eso le sumamos los trayectos en bicicleta o seguir armando rutas alternativas para llegar a un mismo lugar. Que cada día que pasa trato de ser menos prejuicioso, y no es que lo sea demasiado, pero todos estamos atados a prejuzgar todo lo que nos rodea. Que hace tiempo que adquirí esa convicción de ser positivo para que las cosas resulten, y no sólo de eso, sino también de valorar las cosas que se tienen y acompañan cada día. De cada experiencia, acierto, error, pan con queso o café. El mundo no es ni un paraíso ni un infierno como te lo pintan. Y da igual si sabes mucho o poco, o si tienes más plata que alguien o una posición social determinada. La gente más bakán es la que logra vivir las cosas que se propone y ayuda a los demás. La que no anda por ahí mirando en menos a nadie, y calladito, trabajando día a día peldaño a peldaño va logrando cosas que por pequeñas que parezcan son parte del global. Esa gente que tiene altura de miras para la mayoría de las situaciones, que es lo suficientemente tolerante como sincera. Que sabe distinguir lo bueno de lo malo, y lo admirable de lo reprochable. Pero por sobretodo las cosas, los que aprendimos a amar a las cosas más simples de esta puta y maravillosa vida.