sábado, 8 de diciembre de 2012

Supongo que si

Canciones de supermercado para la niña de la mesa siete.

 Hace algunos años estaba esperando en Los Ángeles un bus para Conce, y una señora al lado mio empezó a hablar del fin del mundo con una seguridad y un manejo tremendo, tanto que podría haberse dedicado perfectamente a las conspiraciones y ser un éxito en youtube. La escuché atentamente, era una adelantada para su época, y al final cuando se subió a un bus que iba a Angol me dijo que Dios no existía. Nunca sabré si al final Dios existía o no. Supongamos que existe: 

Después cuando me subí al bus tuve un sueño súper extraño. Estaba con mi papá conversando algo de la gente millonaria que se crioniza o algo así para que los descongelen en el futuro, como el de Walt Disney. Que algún día iba a tener tanta plata para hacer eso e iba a crionizarnos a todos para que viéramos el futuro. De pronto vi como un pájaro extraño que iba volando y mi papá me decía que esos pájaros nos iban a salvar en el futuro. Quizás de cuál estaba fumando en ese tiempo. La cosa es que desperté casi llegando a Collao, tenía como 5 llamadas perdidas de mi papá. Lo llamé de vuelta y me dijo que le había pasado algo malo en un ojo, que no sabía qué era y que iba a tener que ir a un doctor. Después vino un tiempo en que pasaron puras hueás malas, incluido un terremoto. 

Estaba en el norte encargándome de unos temas de mi papá, porque él estaba hospitalizado en Santiago por lo de su ojo  y en la residencial en donde me estaba quedando ese día había una fiesta en el salón de eventos. Como no conocía a nadie, estaba en mi pieza viendo el Festival de Viña y me quedé dormido cuando cantaba Arjona. De pronto desperté porque estaba temblando fuerte, como cuando chico había pasado un terremoto chico en Ovalle fue ese momento el que se me vino a la mente, y pensé que todo era normal. En realidad que tiemble en Chile es lo más normal del mundo, asi que segui durmiendo como si nada. De pronto suena mi teléfono y era mi papá que me decía que estaba bien y que mis hermanos y mi abuela estaban todos bien. 
Pensé que estaba soñando o algo así. Me dijo que lo habían evacuado y que estaba en la casa de mi abuela paterna por precaución. No entendía nada. Ahí me dijo que ese temblor un poco fuerte (para mi) había sido un terremoto fuerte en el Sur. Que en Conce había quedado la cagá. Que en Santiago igual había sido fuerte. Me acordé de la señora del terminal y el fin del mundo y miré por la ventana, en ese paisaje inhóspito de norte chico no había pasado nada. 
Prendí la tele y ahí lo vi, esa imagen de película gringa en que obviamente mostraban los lugares más devastados en las imágenes captadas hasta ese momento.  Empecé a tratar de comunicarme con la gente, obviamente que la gente de acá nunca pude contactarla hasta varios días después. Las llamadas a Santiago por esas cosas del azar y el norte chico entraron altiro, y pude hablar con mi abuela, mamá, hermanos, algunos amigos y amigas e incluso con la niña que estaba saliendo ese verano.
Vi en vivo y en directo esa imagen inolvidable de Amaro Gomez-Pablos y los artículos de primera necesidad. Sabía que estaba viendo una imagen bicentenario del país que habíamos construído. Pensaba que de haber estado en Conce habría pensado en la posibilidad de ir a saquear y llevarme para la casa un notebook nuevo o una tele, pero al final habría terminado saqueando arroz o fideos. Saqueando al fin y al cabo. Después siempre se iba a instalar ese cliché de que "menos mal no fue de día y en época de año académico" porque con toda la población flotante flotando por las calles el panorama habría sido aún peor. Me imaginaba también todos los edificios en el suelo, en mis amigos que podrían incluso haber muerto y como mi filosofía de vida me prepara para los momentos duros. Estoicismo le pusieron.

"Al estar todos los acontecimientos del mundo rigurosamente determinados y formar parte el hombre del lógos universal, la libertad no puede consistir más que en la aceptación de nuestro propio destino, el cual estriba fundamentalmente en vivir conforme a la naturaleza. Para ello el hombre debe conocer qué hechos son verdaderos y en qué se apoya su verdad.

El bien y la virtud consisten, por lo tanto, en vivir de acuerdo con la razón, evitando las pasiones (pathos), que no son sino desviaciones de nuestra propia naturaleza racional. La pasión es lo contrario que la razón, es algo que sucede y que no se puede controlar, por lo tanto debe evitarse. Las reacciones, como el dolor, el placer o el temor, pueden y deben dominarse a través del autocontrol ejercitado por la razón, la impasibilidad (apátheia, de la cual deriva apatía) y la imperturbabilidad (ataraxia). Éstas surgirán de la comprensión de que no hay bien ni mal en sí, ya que todo lo que ocurre es parte de un proyecto cósmico. Sólo los ignorantes desconocen el lógos universal y se dejan arrastrar por sus pasiones.

El sabio ideal es aquél que vive conforme a la razón, está libre de pasiones y se considera ciudadano del mundo. El cosmopolitismo, que defiende la igualdad y solidaridad de los hombres".

Así dice wikipedia.

A veces me olvido de que no tengo que arrastrarme por las pasiones. Me contradigo.
Sobretodo en los partidos de la Selección. Con la política y otras cosas.

El asunto es que pensaba en el fin del mundo. En las situaciones caóticas que podrían acontecer y en la no-preparación para situaciones así de mi raza. Andaba leyendo Bradbury, Paul Aster y el Condorito. Por eso todo era una mezcla entre ciencia ficción, hechos cotidianos y humor. Supongo que ahora la señora debe estar en el búnker de su casa viendo tele con un calendario de Camiroaga que la observa cada vez que va a poner el hervidor a la cocina y esperando el fin.

Bueno, y si acaso llega el fin:

La señora tenía razón, y perdí la oportunidad de pedirle matrimonio en ese terminal de buses.

Los misteriosos senderos de la mente humana y su nula capacidad de reaccionar frente a situaciones evidentes y álgidas.