miércoles, 2 de noviembre de 2011

El Colapso

Aun cuando este sea el periodo más asfixiante y limitado que tenga la carrera todos los años, y pese a la cantidad de palabras, frases e ideas discutidas o no que deben ser aprendidas y aprehendidas sistemáticamente, no quiero dejar de pensar inquieto todo lo que he pensado los últimos meses, ni dejar de leer el diario más conservador de este país durante el transcurso sólo para vislumbrar las debilidades de los que han construido la historia oficial, ni quiero dejar de salir a trotar algunas noches ni leer el pensamiento transversal con el fin de comprender de mejor manera lo que está pasando. No quiero tener que echarle la culpa a deidades ni a voluntades ajenas de lo que me pueda suceder, ni quiero que se pasen los días sin un sentido necesario. Quiero seguir con todo este entusiasmo por las cosas, y quiero que el equilibrio suficiente me invada y no se vaya más. Que cuando la libertad transitoria haya llegado pueda sentirme satisfecho de haber vivido y no pospuesto todo lo que me hace bien. Quiero que llames o envies alguna señal intempestivamente en la que sólo tenga que limitarme a llegar y a vivir.